28 febrero 2006

La idea

Los documentos de texto plano tienen un encanto especial que no tienen los textos Con formato. Esas tabulaciones a mano, esas líneas formadas por puntos y comas alternados, ese arte ASCII... De igual manera que la máquina de escribir tiene más encanto que el texto plano y el texto manuscrito es más encantador que el mecanografiado. No encantador, meramente más personal. Me gusta ver la mano del creador en la obra.

El texto en cuestión tiene por lo menos ocho años. Está parcialmente corrompido, es algo ilegible porque fue escrito con la tabla de caracteres de MS-DOS y creo que no es la versión más avanzada que llegué a escribir, pero tampoco se puede pedir mucho de algo que ha aparecido en el fondo de un CD-ROM azulado con más de un lustro de antigüedad.

En él me dedicaba a describir un conjunto de personajes, un concepto central, un conflicto y varios posibles desenlaces. Leyéndolo he visto decenas de afirmaciones que actualmente no haría y muchas ideas que veo irremediablemente fallidas. Por otro lado me ha hecho gracia la precisión de la trama, el inocente cinismo con el que intentaba describir algo comercial y la manera en la que reconozco a la persona que la escribió hace tantos años o más bien a las circunstancias que me rodeaban entonces. Sinceramente: la historia, para el formato y público que fue descrita, hoy en día y en este país sería prácticamente impublicable, y tampoco creo que sea una historia que valga la pena escribirla. Miento: no creo que valga la pena leerla. Es cierto: no todas las ideas merecen pasar del borrador.

Aún así no he podido evitar seguir pensando en ella, así que me he servido un café y he decidido pasar la idea a limpio y dedicarle cinco minutos de tiempo a perfilarla y actualziarla. nunca se sabe qué se puede reutilizar. De hecho, ya se me ocurren varias maneras de hacerlo. Una figura bonita por aquí, un concepto ético peculiar acá, un buen nombre de personaje acullá.

Por supuesto la he pasado a limpio en otro archivo de texto plano con extensión TXT. Tiene muchísimo más encanto.

The Mars Volta - Televators

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bonito es a veces releer. Es tierno.
Pero lo que me llama la atención es que ese trasnoche que tú notas al verte tiempo atrás, es el mismo que verás cuando sigas adelante y de pronto te veas ahora. Por eso suele ser bueno dudar de todo, porque pasarán los días y las visiones cambiarán. Y por eso es bonito escribir también, para poder releerse.

Hala, para que luego digas que no comento nunca. :P

Anónimo dijo...

hoy te encuentro.he estado perdido por la red pero ya he viso tu luz.
que suerte has tenido de encontrar eso. yo tengo una historia encerrada en una gran cpu, metida en una caja con poco futuro y sin perspectivas de volver a verla y ni siquiera de acabarla.

Anónimo dijo...

y no nos dejarás echarle un vistazo, claro...

Gusarapo dijo...

GePunto, ¡no me comentas nunca en el blog! ¡Desde que no hablo de mujeres mi blog ya no te importa! ¡Cotilla! >:0 (I <3 U)

Jorge: Pues no, que nunca se sabe qué puedo reciclar. Y además, como dice el gran guionista de comics John Ostrander, la energía que gastas en contarle a tus colegas tus ideas es la que tienes que usar para pasarlas por escrito. Así que chitón. :P

Little, ánimo con tu famosa historia. Reenfócala y dale salida como sea. Aunque sea como una partida de Dragones y Mazmorras, o como un log, pero no dejes que se muera ahí dentro.