25 diciembre 2007

La fabulosa foto hipnótica

La culpa es absolutamente mía, no te lo voy a negar, y lo tengo que decir aquí porque si no lo digo se queda sin decir y si se queda sin decir es como si no hubiese ocurrido y se convierte en la pieza de un rompecabezas que no ha llegado a ser construído.

Como decía, la culpa es mía y tambien de la tecnología, concretamente de la tecnología MMS que, según Wikipedia, significa Multimedia Messaging System, o Sistema de Mensajería Multimedia, o Sistema de Mensajería de Múltiples Medios, o incluso si me apurais Mandar Fotos por Mensaje. Y nuestra es la culpa por completo, la mía por insistir en que me mandaras una foto decente, decente de calidad que no de calibre moral, que poder utilizar como imagen de contacto en mi nuevo y flamante teléfono móvil de tercera generación que he obtenido a base de canjear los puntos de otra persona, con lo cual me ha salido bastante barato, y tambien mi culpa porque fue todo una treta para que me enviaras esa foto que me habías enseñado brevemente en tu propio teléfono, con lo cual se puede decir que fuí directo hasta la entrada a rediles con el capote enredado en la cabeza y que me he ganado mi insomnio por ser tramposo y querer salirme con la mía. La parte de culpa de mi nuevo y flamante teléfono de tercera generación no está sólo en ese estándar de comunicación MMS que ya hemos definido con anterioridad, sino en la posibilidad insidiosa que esos suecos de la Ericsson le han añadido a mi teléfono para realizar zooms sobre las fotografías y despues poder aplicarles un filtro para que la pixelización sea mínima, como si de un Photoshop de bolsillo se tratase.

Y cual fue mi rbillante idea que no se me ocurrió otra cosa que realizar un zoom sobre lo que viene a ser la zona de tus ojos y quedarme mirando durante un rato fijamente y sin apenas parpadear ni respirar, con la lógica consecuencia de que he soñado con ellos, de que me he aprendido la combinación de teclas para llegar a tu foto de tal manera que ya no necesito mirar al teclado y de que miro a mi móvil sintiendo miedo de que me llames para no ver la hipnótica imagen que desde el otro día acompaña a tus llamadas.

Y menos mal lo que te pedí no fue un tono de llamada.

Iron & Wine
- Cinder and smoke

1 comentario:

o s a k a dijo...

ufff cómo te comprendo...

n a c o
éstaesdelasqueduelen