15 octubre 2007

Ola de calor

Se ríe y me mira con sus ojillos traviesos, resignada a su nueva condición de confidente. O quizás más aliviada que resignada, que esta nueva situación nos resulta mucho más cómoda que la anterior, que la vida nos pone a todos en nuestro sitio y la gravedad en las órbitas alrededor de los soles adecuados. Se deja de reir y sacude la cabeza mientras sigue sonriendo.

"Ya, como si pudieras evitarlo".

Levanto una ceja. Me hace muchísima gracia su romántica concepción del mundo, aunque en el fondo (muy, muy, muy, muy en el fondo) sospeche que tenga toda la razón y que haya alcanzado una verdad primordial que a mí se me escapa. Aún así intento defender mi argumento, con muchísima menos fuerza de lo que yo hubiera querido.

"Que te digo que no, Medi, que esta vez no. Que esta vez no voy a ser yo".

Suspira, se alisa la falda y me mira con escepticismo.

"Asúmelo, corazón. Hay cosas que ocurren por más que te empeñes en que no ocurran".

Ya: como el día, la noche o los ojos de... agh, basta.

"Y mira que esto te lo había predecido yo, ¿eh?"

La miro levantarse y comprobar con una leve sospecha el estado de sus medias.

"Que hace meses ya te avisé de que algo así te iba a ocurrir".

Tiene razón, toda la del mundo. Me lo dijo antes de que yo tuviera que contarle nada. Medio bruja, como todas las mujeres. Pero... un momento... No, no tiene razón.

"Hey, que no ha ocurrido nada. Que estamos hablando de un supuesto".

Se vuelve a reir.

"El otro día cuando estabas borracho no decías lo mismo".

Mierda.

"No, no, no, no te confundas. Lo que dije entonces fue que..."

No puedo acordarme de lo que dije. Y ella lo sabe.

"Que no tenías que darte mal por algo bonito".

La miro con los ojos abiertos de par en par. Se ríe de nuevo, esta vez a carcajadas. Ahora sé que no dije nada.

Entrecierro los ojos y la maldigo en silencio.

Green Day - She

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