06 julio 2006

Cree el ladrón

Él está sentado en el bloque de hormigón. Sus piernas se balancean lentamente siguiendo la misma cadencia de todos los días: sur, noreste, sur, noroeste. Su chaqueta de tela donde parches y remiendos se pelean por el espacio está hecha un ovillo multicolor a su lado. Él habla con voz soñadora:
- Hay lugares que son más completos que otros, ¿no crees? Sitios que parecen enteros... perfectos. Que tienen todo lo que tienen que tener y que posiblemente no podrían ser de otra manera. Mira la habitación del Vigas. No me negarás que ese es un lugar perfecto, como una obra de arte. No, más bien... como un prado...
Su amigo está tumbado a su lado con los brazos en cruz, los ojos azules clavados en las formas que las escasas nubes forman en el cielo, su mirada perdida mecida por la voz de su colega.
- En cambio hay otros sitios que, no sé, son medios lugares. Incompletos, ¿sabes? Como si no tuvieran alma. Por ejemplo: cualquier sala de espera del mundo. Ya no es que sean todas iguales, no, es que están... fracturadas, ¿sabes? Puedes mirar a sus esquinas esperando que te digan algo y no dicen nada, callan como muertas. En cambio los lugares plenos... ah, amigo...
Se detiene un momento para buscar un cigarro arrugado en el ovillo multicolor y encenderlo, dejando que la bocanada de humo de la primera calada ascienda verticalmente antes de continuar.
- Los lugares plenos están llenos de potencial. Cada objeto, cada baldosa, cada pared. Todos tienen algo que contar, sea una asimetría que parece tener una extraña belleza, sea un rayo de luz que se refleja y refracta en mil superficies diferentes, sean las decenas de formas que toma la huella de la gente que ha pasado por ellos. ¿Me sigues?
Hay un silencio cómodo de varios segundos que se rompe cuando su amigo carraspea y musita:
- La eyaculación, tío. Hay peña que dice que eyacular es meramente perder energía, ¿sabes?, y que no hay que hacerlo ni aunque te paguen por ello, pero es que tambien hay otros que creen que es una manera de cargar glifos mágicos, ¿eh?, que esos segundos de vacío mental que provoca el orgasmo son similares al... al trance chamánico y eso, ¿entiendes?. No sé, igual no son ideas opuestas, ¿no? Igual esa energía liberada es... no sé, energía mágica, ¿no? Y sea el... no sé, el tantra líquido... lo que haga que el conjuro funcione. ¿No?
El silencio vuelve a caer sobre la tarde. Él sujeta el cigarro en su boca con actitud pensativa, se gira repentinamente hacia su amigo y dice con voz incrédula:
- Joder, qué raro eres.

Los Planetas - Un buen día

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí que es raro el colega, si... pero buscar significados a las cosas pequeñas hace que el mundo que puede ser normal, anodino, rutinario... se convierta en un círculo de símbolos de los que aprender, y de los que gozar.
Gran post en la mejor línea de los biyu de toda la vida.
Besazo

Anónimo dijo...

Suscribo as verbas de g.. aunque la banda sonora podía ser aquella de Siniestro "Oh que raro soy", a mi no me parece tan raro, ni efímero, ni nada parecido.. son estas conversaciones las que hacen y desacen, las que alimentan aunque sea para discrepar.. la parte de eyacular no la entendí muy bien, pero el momento me gusta..

Gusarapo dijo...

Gracias, G-cita. :-*

Tron: lo último es un intento desafortunado de relacionar entre sí las creencias tántricas y las de la magia caótica. Desafortunado a propósito, ¿eh?, no te creas. :P