21 junio 2008

Andrea

Cuando Andrea follaba por dinero las sillas levitaban a dos dedos del suelo. Cuando intentaba cruzar los muslos por detrás de su cliente y entrecerrarlos en un abrazo desapasionado las escenas campestres de los cuadros que adornaban la pared principal de la pequeña habitación del sucio hotel del casco viejo de la ciudad se transformaban en orgías en las que cazadores se besaban apasionadamente con mancebos y doncellas ruborizadas se abrían de piernas ante ciervos de orgullosa cornamenta. Cuando sus labios se cerraban alrededor del látex comprado en el economato bajo su casa los brazos de la lámpara de araña se enlazaban con ternura y los cristales que pendían de estos tintineaban con cadencia amorosa. Cuando la puerta se cerraba y únicamente se oían los secos golpes de la tarjeta sobre el cristal de la mesilla mientras Andrea se preparaba para saciar su ansia interior despues de haber saciado la de otro los goznes de las puertas y las juntas del armario de madera parecían gemir con el ruido de diez millones de orgasmos.

Andrea era la magia encarnada y mientras estuviese viva jamás lo sabría.

Ani DiFranco
- Virtue

1 comentario:

o s a k a dijo...

muchacha difícil de olvidar
(si no fuera porque se quedó con mis deudas...)

n a c o
hardtokill