Veo el sol entre la niebla y pienso que es una fresa saliendo de entre la nata. En pocas horas, cuando el velo blanco que envuelve la ciudad desaparezca debajo de la alfombra urbana, volverá a ser una mandarina reluciente. Le sonrío a la chica de cara pálida y melena corta, y me da absolutamente igual que me ignore como si yo fuese parte del alumbrado público mientras siga llevando esos pendientes plateados que tintinean al ritmo de sus caderas. El tráfico comienza a desperezarse y a extender sus tentáculos por encima del asfalto, pero parece contraerse y pasar de puntillas cuando esas dos medias negras rozan entre sí.
Y pienso que únicamente escribo cuando lo hago para una mujer. El resto de ocasiones son, paradójicamente, meras masturbaciones.
Boris (con Michio Kurihara) - Rainbow
05 febrero 2007
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4 comentarios:
El amol... mueve... muchajcosaj.
Los biyisimos son flechas certeras cubiertas por telas de seda.
Magnifico.
ké sabio, méster Biyu...
n a c o
Oigs, que me poneis culurau. :P
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